sábado, 15 de febrero de 2014

Juegos de la Infancia.



Llevaba un tiempo en el que el silencio era el protagonista de las calles y hoy mientras estaba sentada en la cama he escuchado unas risas y unos gritos. ¡ Corre Enrique, corre! y unas risas infantiles. De repente me he dado cuenta que los niños han dejado aparcadas sus consolas, móviles y han vuelto a las calles. Recuerdo con nostalgia cuando jugábamos en el jardín a moros y cristianos y como éramos unos brutos teníamos que prohibir unas pruebas para evitar males mayores, también estaba polis y cacos, la comba o incluso el escondite por no decir los partidos de fútbol, las canicas, los tazos, el baseball, vamos que no teníamos opción de aburrirnos.

Ahora solo se ve a niños con consolas, con móviles, niños aburridos, niños preocupados en gustar y ligar, en beber alcohol y fumar. Vivimos en una sociedad en la que obliga a los niños a crecer a pasos agigantados y cuando ya son mayores se dan cuenta que llevan mucho tiempo sin disfrutar como lo hacían los niños.  El martes fue mi cumpleaños y me regalaron un libro precioso " Los sueños de la jirafa" y me vi reflejada en la jirafa pequeña que su madre le dice, no tengas prisa por crecer, sabiendo que cuando lo haga dejará de soñar y de imaginarse como serán aquellos animales que no ve, ahora pasa lo mismo.

Yo no quiero dejar de soñar, el otro día volví a meterme en una piscina de bolas con mi sobrina y no podía parar de reír y reír, ¿Por qué tenemos que crecer tan rápido? A ver, esto no quiere decir que seamos peter pan de por vida, pero si que VIVAMOS, RIAMOS, LLOREMOS, como lo hacen ellos.

Yo acabo de cumplir 26 años pero no pienso dejar de reír, saltar, gritar y vivir. Aunque a veces tenga un muro de piedra enorme que te impida hacer todo esto. 
Creo que deberíamos enseñar a nuestros hijos esos juegos y quitarles los ordenadores y las consolas. Cuando tenga hijos, les enseñaré los libros que me leía y jugaré al avión a superman, al cerdito ( un juego que jugaba con mi hermana marta) y disfrutaremos. Mientras tanto, seguiré siendo una mujer de 26 años que cuando me dejen, seré una niña más, dispuesta a aprender de cine, teatro y no querer saber de todo y no dejarme sorprender.